CÓMO TRABAJAMOS
Sabemos que no se construye un futuro mejor solo con conocimiento académico. Por eso, ponemos la felicidad en el centro del proceso de aprendizaje. Para Kuará, educar para la felicidad es ayudar a nuestros niños a desarrollar autoconfianza y habilidades emocionales para construir relaciones equilibradas y saber cómo enfrentar los desafíos de la vida en sociedad.
Con este propósito guiándonos, en el día a día trabajamos con cuatro pilares que consideramos fundamentales para una educación innovadora y transformadora:
EDUCACIÓN EMOCIONAL


Una buena salud mental es esencial para aprender. En Kuará, la educación emocional no es una disciplina, sino una forma de relacionarnos con los niños en todo lo que hacemos. Educar emocionalmente a un niño requiere comprender sus necesidades y capacidades, saber escucharlo y enseñarle a reconocer, nombrar y expresar sus emociones. Esto fortalece la inteligencia emocional, la autoconfianza y desarrolla habilidades para tomar decisiones y resolver conflictos.
AUTOAPRENDIZAJE MANOS A LA OBRA


Nuestros niños conducen el proceso de aprendizaje (aprender a aprender), elaborando ideas, soluciones y argumentos, ¡siempre poniendo las manos en la masa en situaciones conectadas con la vida! El educador sale del método desinteresante y monótono de la transmisión de contenido y asume el papel de mediar, orientar y apoyar a los aprendices. En el autoaprendizaje, la enseñanza es personalizada, respetando los intereses y los ritmos de aprendizaje de cada niño. En este proceso, los niños se entusiasman con el aprendizaje, aprenden más y mejor y desarrollan competencias como responsabilidad, independencia, proactividad, cooperación, liderazgo y ética, además de aumentar la motivación y fortalecer la confianza del aprendiz en su percepción de su propia capacidad para aprender.
JUGAR LIBREMENTE


El juego libre es una actividad esencial para el desarrollo sano de los niños, ya que permite la exploración y estimula la imaginación y el desarrollo social, físico, motor e intelectual. A través del juego libre, el niño experimenta la cultura humana y comprende a sí mismo y su entorno.
CONTACTO CON LA NATURALEZA


Tan negligenciado por las escuelas tradicionales y muchas veces sustituido por tiempo de pantalla, el contacto con la naturaleza es fundamental para el bienestar y la salud de los niños y adolescentes, ya que actúa positivamente en todos los indicadores de una infancia saludable: calma y regula las emociones, mejora la capacidad de aprendizaje , la inmunidad, la calidad del sueño, la memoria, la sociabilidad y el acondicionamiento físico, además de estimular la conciencia ecológica y la preservación del mundo natural.
QUIÉNES NOS INSPIRAN
Reconocemos y agradecemos aquí a algunas (de las muchas) pedagogías, escuelas, educadores y bases teóricas que nos inspiran:















